
Y todo ello para salvaguardar nuestra alma dolorida y asustada de un presente negro y funesto, buscamos cobijo en objetos, fotografías del pasado, buscamos aquel territorio que dejamos marcado en un pasado para hacer patente que esa parte de la historia solo y de manera unipersonal nos corresponde a cada uno de nosotros.

El pasado de cada persona es nuestro currículum vitae perpetuo,es la única manera de entender mejor nuestro presente, nuestros orígenes y hacia donde nos dirigimos,en el ayer está la memoria de nuestra historia.
Por eso en determinadas ocasiones en los que la desesperación y el desconsuelo invaden nuestro terreno vital, una forma inocua de proteger los sentimientos más dolorosos, es recurrir a la nostalgia, a los recuerdos, a la rememoración, dar marcha atrás en el tiempo y alimentarnos de lo que fue y lo que vivimos de manera plena en otros tiempos.
Hoy entro en mi pasado por que mi presente me cierra todas las puertas doradas posibles, las circunstancias de hoy me impulsan a volver con nostalgia a ese pasado en el que el desconsuelo era menor, y cabía un lugar para la Esperanza.