12 julio 2011

Curiosa Tranquilidad

No hace muchos años en los que creía que toda la humanidad al completo podía enseñarme tanto lo positivo como lo negativo de la vida, no hace demasiados años era capaz de esperar que alguien me señalaría el camino adecuado , el método perfecto para corregir algunos de "mis tics" y otras cosillas ...
Sabía o esperaba ser la alumna perfecta de todos aquellos maestros con técnicas orientales venidos de la nada, que como expertos Miyagis restablecerían mi equilibrio psicofísico haciendo que mis energías pulularan a su libre albedrío.
¡¡¡ Pero caí del guindo ¡¡¡

Y no sé si por el efecto inmediato de la gravedad o porque sin más me dí cuenta que no todo lo que vemos es real, ni siquiera aquellos que podemos tocar, abrazar e incluso palpar. Así que saqué la fuerza que me proporcionó en su día el cosmos y la capacidad de toda buena escorpioniana y al toro por las astas...
Dejé de oír cantos exóticos de sirenas para escuchar con emoción mis propios cantos, posiblemente algo más desafinados pero dejando lugar a la elección del tema musical, algo muy democrático por otro lado.

A veces jurar en arameo o en cualquier otro dialecto ejerce sobre nosotros un efecto igualito al de una clase de yoga intensiva, es decir un¡¡¡ ohmmmm¡¡¡ total, y eso también lo adopté como modus operandi en casos de alta tensión.

Cada cuál va buscando en el camino sus atajos para suavizar curvas o sortear piedras que siempre, siempre hacen daño en el zapato, y entre atajos, caminos vericuetos me he ido dando cuenta que la calma interna solo se consigue a golpetazos de autoesfuerzo, nada más recompensatorio por cierto, pero estaba claro, el aprendizaje tenía que ser a base de porrazos.
Siempre me sale mi alma baturra , como no, y la resistencia ante todo es casi innata , la cabezonería porque si es desde el nido posiblemente, pero si hay que dejar la jota y quitarse el cachirulo para darse cuenta que la razón es solo una... se deja y sin problemas.
Y en esas estamos , reinventándome a estas alturas de la historia, asumiendo la paciencia y la transigencia como algo mio, aunque a veces me vaya la vida en ello... Pero reconozco que he descubierto un nuevo estado de vida, la tranquilidad interna. En ocasiones aburrida y en otras tremendamente arrebatadora por los efectos secundarios que transmite.
No puedo prometer ni prometo , porque entonces no sería la que suscribe, que este estado permanezca en mi para los restos, ni tampoco quiere este alegato haceros ver que me he convertido en un cazo con ojos.... no... pero de momento y mientras el tiempo , las vicisitudes, o lo acontecimientos no me toquen demasiado las narices voy a dejar a mis neuronas algo más relajadas y si evidentemente no puedo ver la "vida en rosa" por lo menos la veré algo más clarita.

                    " Largo me lo fiais , amigo Sancho...¡¡ ;)