29 junio 2009

Aquella Noche Como Esta


No recuerdo si aquella noche el viento movía las hojas de los árboles cercanos o por el contrario una calma tremenda se había apoderado del silencio mas aterrador. No tengo demasiado fresco en la memoria si sentí el calor propio del momento, de la estación en la que estábamos, o si por no sentir mi termostato se había paralizado momentáneamente.

Todo indefinido, todo impreciso, tanto que hasta daba miedo el simple pasar de las horas, aterraba el singular sonido a silencio que la noche tiene en ocasiones.

Y es que la noche emite sonidos característicos según la percibamos, según resulte la impresión que sobre un hecho tangible captemos a través de los sentidos.

Es llamativo como los hechos reales se difuminan en el tiempo, creo yo con el fin de no deteriorar demasiado a quien recuerda siempre, se desdibujan algunas situaciones haciéndose casi borrosas como medida sanadora con una exclusiva finalidad servir de terapia contra las congojas que SI cien años duran.

Y ya solo nos quedan noventa y ocho, dos años han volado entre la incredulidad y el rechazo a aceptar la realidad, entre el enfado sobrenatural y la restauración obligada del alma.
Pero debo ser algo lenta de reacciones porque no puedo olvidaros ni un instante, necia es la palabra ya que sé que no quiero sacaros del lugar que siempre ocupasteis.
Aparecen de nuevo mis ausencias saliendo del armario en el que las guardo, se hacen presentes revivo algunos momentos tristes y otros no tanto y luego me repito que la vida sigue a pesar de ellas, recapitulo cuando toca como hoy y sigo el camino como puedo.

23 junio 2009

Un Hombre Bueno





Pocos son o somos los que nos atrevemos a perder todo por los demás, a entregar cuerpo, alma y vida entera por conseguir simplemente algo de paz donde no existe, pan cuando aprieta el hambre, educación entre aquellos que no saben la amplitud de su significado.

Y a todo ello se dedicó Vicente Ferrer, su biografía conocida es por todos, tanto como su enorme obra.

Adorado en Anantapur, una de las partes más desfavorecidas y perdidas de la India, donde inició su inmensa labor solamente en favor de los más desfavorecidos.

Odiado por los políticos más radicales del país que veían con cierto miedo su trabajo, asediado por muchos que le cortaban las alas en muchísimos momentos. Pero nada le hizo perder la ilusión por conseguir su sueño, un mundo mejor en aquel sitio que antes de su llegada era lo más parecido al infierno.
Así nació la Fundación Vicente Ferrer. Y ahora que su figura ha dejado de estar entre ellos esperemos no olvidarlos, no olvidar el enorme trabajo de este hombre bueno.
Casi se me olvida, podemos hacer que su persona, su trabajo no quede en el olvido.
Hay una página en la que podemos apoyar haciendo que su luz siga muy viva.