Sin tener muy clara la causa a veces encuentro personas con las que conecto de manera fácil y directa.
No son consanguíneos, no hablo de parientes cercanos ni tampoco de los demasiado lejanos, ni siquiera de aquellos vecinos cabizbajos o de esos otros altaneros y arrogantes a los que al cabo de los años, de repente, les ha brotado un "buenos días" tímido y esporádico, dejándome algo atónita y por supuesto del todo desconcertada.
Con todos estos el vínculo dejaría de ser misterioso para convertirse en natural y lógico.
Este proceso siempre se origina cuando menos lo espero,y no me refiero a un momentito de feeling pasajero o unas risas propias de la situación.
Así que esa conexión sensorial existe y me surge en muchas ocasiones, espero no ser la única extraterrestre o paranoica del lugar.
Mi hija lo resumiría diciendo: ¡¡ya está mi madre haciendo amigos¡¡, pero es que sin querer comparto vínculos o me dejo imantar por ellos, hasta el punto de hacer un ensamble tremendo, sintiendo sus penas, alegrías o cualquier otro sentimiento (léase profundo o no) como mios.
Y todo este carrete de palabras para explicaros una de mis teorías, (como escribo poco últimamente, pienso más ), la de los vínculos misteriosos y sus entresijos.
Hace poco cogí un taxi para un recorrido no demasiado largo, siempre me gusta hablar con ellos por supuesto si ellos hablan conmigo y si el fútbol o cualquier otro acontecimiento político-social no nos lo impide.
Aquel día la conversación fue absolutamente normal, hasta sosita diría yo, pero de repente saltó una chispa, me habló de un tema que era el centro de su vida y su atención y por extrañas casualidades también de la mía... en aquellos momentos casi hubiese querido hacer el camino de Santiago en ese vehículo para no cortar por lo sano, pero lo bueno o lo agradable siempre es espeluznantemente corto y fugaz y así fue.
El caso es que en esos escasos quince minutos supe que había una persona a la que solamente pude ver el cogote... que pensaba, sentía, y sufría como yo, una persona que llegó a enternecerme por unos pocos minutos.
Vidas paralelas, situaciones semejantes, el destino que nos pone en el camino piezas para ayudarnos a solucionar el puzzle.
Gratas sensaciones.
2 comentarios:
¿Sabes? es genial esto que cuentas, porque a veces pensamos que estamos solos en medio de las multitudes y que no habrá nadie que nos pueda comprender. Y no es cierto. Lo mismo que me sucede a mí le está sucediendo a otra persona, y cuando se descubre ese guiño de complicidad se hace refulgente como el sol.
La masa de gente es anónima, sin rostro, sin nombre... Aquellos con los que nos podemos identificar plenamente no están señalados en medio de ella con un aura especial, con un brillo distinto. No. Hay que descubrirlos para que esa aura o ese brillo aparezca de repente. Y es la sorpresa del momento en que aparecen lo que tanto nos conmueve. Descubrimos que no estamos solos.
:D
besos
Querida compañera, has tenido lo que llamo un ataque de empatía.. y eso dice mucho bueno de tí :) La empatía te hace ver que hay gente que merece la pena conocer aunque sea unos minutos (aunque reconozco que lo de los taxistas es un grupo de alto riesgo! porque hay cada "copero" o amigo de Jlsantos... :p)
La empatía te abre los ojos y los oídos y recibes muchas cosas buenas. Enhorabuena y sigue escribiendo reflexiones!!!
un besazo compañera y no te niegues a echar de menos.
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