MI ARMARIO DE IKEA

Que pereza¡¡

....nubes por todos lados me rodean como queriéndome atacar, pero si yo no he hecho nada para que la meteorología se porte así conmigo? si sólo pretendo un buen sol bajo el que tostarme, si mi persona solo reclama el típico día veraniego donde el mar se quede corto en agua para mis baños, y recibo con el primer sorbo de café recién hecho un batallón de cirros, estratos, cúmulos y demás masas de vapor de agua que solo vienen como el Llanero Solitario a asustar, porque ni tan siquiera se deshacen en lluvia torrencial con la que poder apagar los muchos incendios que tenemos repartidos por toda la piel de toro...

Todos estos pensamientos, nada más abrir el ojo, y aún me quedan muchas horas por delante para volverlo a cerrar,y lo peor si no hay playa ni baño los planes se acortan en un casi 80% así que rápidamente mi máquina de pensar se pone en ebullición para sacar la mejor de las ideas...

IKEA¡¡¡

Los suecos me lo agradecerán de por vida, con esa sonrisa infantiloide que les han pegado a la cara en el anuncio de la tv, ellos me darán la solución para adecentar ese armario del baño que se desvencija por momentos, quién si no ellos puede darme un embalaje perfecto con unas instrucciones cuasi perfectas y cientos de miles de diferentes tornillitos, arandelas y demás piezas jamás vistas hasta su aterrizaje en nuestro país, que hacen que en menos que cante un gallo volvamos a la infancia más tierna jugando con unas piezas de "lego" a construirnos desde el más impresionante castillo, hasta el barco del pirata cojo con pata de palo....

Y pensado y hecho¡¡

... encontré mi artilugio, y con la ayuda de mi hija me he pasado la tarde absorbida por los tornillos, abducida por si el riel va arriba o abajo, en estado de casi levitación mientras veía con ojos incrédulos mi maravillosa obra de arte, ¡¡no se cae, la puerta abre y cierra, no me han sobrado ni faltado piezas como otras veces.... ¡¡ funciona¡¡

Posiblemente mañana tenga unas agujetas tremendas, pero puedo aseguraros que ese ratito ensamblando piezas ha sido una terapia impagable, no me he acordado de nada, ni de casi nadie y mis neuronas han hecho el ejercicio suficiente para ponerse a tono...

Ahora solo espero que mañana de nuevo los cirros y nubarrones cubran toda la parte del cielo que me cobija, porque en una cajita de cartón marrón con letras azules me espera una cómoda, que quiere dejar de ser tablones para convertirse en lo que siempre deseo¡¡

....si no hay mal que por bien no venga... o eso dicen¡