La liberación de nuestro ego más íntimo se puede encontrar en cualquier momento de la vida, no importa la edad ni la circunstancia en la que nos hallemos y tampoco requiere esfuerzos por ir a su búsqueda, viene en forma de anuncio tímido y solitario, es un presagio plagado de señales misteriosas que nos indican el cómo, el cuando y sobre todo el porqué.
A menudo estos encuentros con nuestro yo más profundo nos solucionan trances que parecían de difícil remedio, ayudan a avispar los sentidos y nos dan un empujón hábil y certero para no caer en la siempre oscura trampa del pesimismo, en el agujero negro del desánimo.
Cada cual encuentra su salida airosa de distintas maneras, unos emergen sacando sus energias algo mermadas ,pero volviendo a darles el lustre que tuvieron, y otros deciden enfrentarse a la vida cada día a "puerta gayola" arrimándose a la puerta de chiqueros, dejando el miedo o el susto en un lejano rincón.
Las actitudes negativas o poco arriesgadas de algunos, conducen a crear mecanismos de defensa y sobre todo a estar siempre enfrentados al mundo y sus nebulosas, pero es comprensible ya que a veces el planeta se nos presenta como un gigante adversario del que pensamos jamás saldremos victoriosos.
Mi conclusión puede parecer conformista, resignada, pero nada más lejos algunos que me conocen bien y otros que me padecen saben que en mi no reside el dejarse llevar, soy la eterna peleona de todo y por todo, siempre que la causa lo requiera, pero ahora prefiero sentirme entusiasta, aunque motivos no es que tenga como para tirar cohetes, pero elijo la actitud creativa, el positivismo porque estoy convencida que actuando encuentro soluciones, aunque las soluciones nunca lleguen a encontrarme a mi, pero eso siempre será problema de ellas...
1 comentario:
Los bueyes bajan la frente,impotentemente mansa, delante de los castigos, los leones la levantan..... Besos.
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